Atiende por piedad, a este, mi ruego
Escucha por favor, esta llamada
Hoy se trata de mí, ¡te necesito!
Ayudame a pasar la madrugada
Yo sé que hay en el cielo un Dios muy grande
Que sabe que te amo, que te extraño
Y hoy me ha concedido ser etérea
Para pasar la noche entre tus brazos
Hoy no te pido ni pasión ni besos
Ni tampoco una noche de locura
¿Podrás no responder a tus instintos
Y darme sólo amor, sólo ternura?
Sabrás que estoy allí por mi perfume
Sentirás mis palabras y mis manos
Y una débil luz azul que se consume
Al llegar junto a ti, desconocido amado.
¿Dime mi amor, no sientes mi presencia?
¿No sientes mi calor en tu costado?
¿Percibes la alegría de mis besos?
¿No escuchas de mi alma su llamado?
Yo sé que estoy contigo, lo adivino
No tengo ya temor, la noche acaba
Y espero entre tus brazos, ya sin dudas
La vida, la esperanza, otra mañana…
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